Elena dándose mil vueltas en la
cama, tratando de encontrar el ángulo donde apoyar la cabeza y así conseguir
que la angustia se vaya. Elena quieta, para no despertar a sus hijos,
moviéndose por dentro, gritos y sollozos que nadie alcanza a oír.
Elena, viviendo de sonrisas para
sus hijitos, que ya suficiente tienen con sus afanes y juegos para más encima
leer el dolor en los labios de su madre… Elena sintiendo que su cuerpo se ha
hecho más pequeño, que no vale nada, que si no fuera por sus hijos no
soportaría la tensión de los días y días que pasan sin saber qué va a ser de
ella y cómo se las va a arreglar.
Elena, caminando rumbo a todas
las puertas disponibles, dejando su currículum, tratando de no despertar
sospechas en cuanto a su necesidad y desesperación, con amables sonrisas y
gestos pausados… Elena quemándose por dentro, sintiendo que la vida la está
abofeteando y que todo brillo en su alma se apagó.
Elena junto a la tumba de sus
padres, contándoles sus preocupaciones, acusando a aquella cruel mujer que la
despidió sin escrúpulos cuando se enteró de sus hijos y su maternidad. Elena
tratando de olvidar que su último plan es recurrir al papá de sus hijos, porque
sería reconocer que no se la pudo como él le predijo pasaría. Maldito.
Elena dándose ánimo, que tras la
tempestad siempre pero siempre sale el sol. Pero esos días, horas previas, qué
manera de angustiarse recordando “El vaso de leche” y sintiéndose como aquel
hombre… Elena cantando Yesterday a voz en cuello en la ducha…
Elena dando comida a sus hijos,
con un leve pero perceptible temblor en sus muñecas que la hace recordar su
cajetilla escondida… Elena rogando a Dios para que le de fe…
Elena revisando el correo en su
celular, leyendo la respuesta a alguno de los tantos trabajos que ya postuló…
Elena sintiendo regresar su alma al cuerpo, con lágrimas llenando sus ojos, de
vuelta su esperanza y la fe, deseando abrazar fuerte a sus hijitos.
Elena viviendo el hoy, olvidando
esa larga noche oscura.
0 locuras ajenas:
Publicar un comentario